Al final de
la batalla tuvo lugar la muerte de en quien se basó la leyenda de Juan Escutia,
el Capitán Margarito Zuazo, quien a
pesar de haber sufrido sangrientas heridas por Bayoneta, rescata la bandera de
Guerra de su batallón, el batallón Mina, la coloca en su pecho; se resguarda en
el edificio mayor del molino del rey y enfrenta la última y más encarnizada
carga de bayoneta de los invasores, pero pese a las nuevas y desgarradoras
heridas impuestas en su cuerpo por las bayonetas enemigas, logra salvar su
bandera y muere fuera del campo de batalla en manos de su esposa, sin que los
salvajes invasores hubieran puesto sus sucias manos en el lábaro patrio, de
este Héroe desconocido, el castillo de Chapultepec guarda su reliquia, los
verdaderos héroes no se cuentan en la historia oficial.
Bandera del Batallón Mina,
Lábaro patrio que Protegió con su Vida el Capitán Margarito Zuazo, en la
Batalla del Molino del Rey y que dio forma a la leyenda de Juan Escutia
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El día 8 de Septiembre el Molino del
Rey era custodiado por el Ejército Norteamericano, no había nada que hacer, ¿ y
Santa Anna?, ¿y los refuerzos?, por más
que alguien quiera decir que no hubo traición y conspiración para ver a México
y los Mexicanos, mutilados de su
territorio y humillados por la cruel invasión no hay más que volver los ojos a
la Historia de su Alteza Serenísima, bribón de quinta, maldito seductor de la
patria.
Y así comienza
el asedio al castillo de Chapultepec, ubicado en el cerro del chapulín, único y
último obstáculo para tomar la capital del
país por parte del General SCOTT y su ejército, la mañana del 12 se
inició el bombardeo sobre las posiciones defensivas de las instalaciones de
donde estaba alojado el HEROICO COLEGIO MILITAR, esta posición era comandada
por Nicolás Bravo, se contaba para la defensa del cerro y del colegio con menos
de 50 cadetes, quienes de forma voluntaria solicitaron no ausentarse de la
batalla y defensa de su escuela pese a que el General Mariano Monterde,
director del Colegio Militar, los había licenciado para que fueran a sus casas,
además de ellos había tropas que habían sobrevivido a las anteriores batallas y
el glorioso Batallón de san Blas al mando del Heroico, Valiente y poco reconocido Teniente Coronel FELIPE
SANTIAGO XICOTÉNCATL, sin duda otro
héroe olvidado por la ingratitud nacional, ese día con la furia del cañoneo
enemigo murió el abanderado del Batallón de San Blas, unidad que se encargó de
la defensa de las faldas del cerro, al ver esto el valiente Xicoténcatl Corona,
tomo el lábaro y durante el asalto norteamericano murió envuelto en el lábaro
patrio, símbolo con el que fue sepultado en la capilla de San Miguel
Chapultepec, al ver que el enemigo avanzaba y no
había órdenes que cumplir los cadetes líderes decidieron salir juntos por el
jardín botánico. Los cadetes Juan Escutia, Vicente Suárez y Fernando Montes de
Oca, optaron por quedarse y luchar junto con los otros soldados del Batallón de
San Blas quienes se habían ubicado al lado del jardín botánico para proteger la
salida de los cadetes más jóvenes. Entre estos estaban Francisco Márquez y
Miguel Miramón pero la posición era muy riesgosa y fueron blanco fácil de las
balas estadounidenses. Francisco Márquez, de tan solo 14 años, logró proteger
la salida de los cadetes y pereció en su puesto.
En
la mañana del 13 de septiembre a las 12 del mediodía la posición Caballero Alto
cae en poder de las fuerzas estadounidenses por lo que Miguel Poucel ordena a
la Segunda Compañía compuesta de 40 alumnos, 4 cabos y el sargento Teófilo
Noris contra atacar. Esta compañía no recibió más órdenes porque el General
Monterde había sido tomado como prisionero. Al ver que la posición ya estaba
perdida, Poucel dio la orden de dejar las armas en el suelo como señal que
nunca las entregarían personalmente.
Las edades de los cadetes oscilaban entre los 12 y 18 años;
los instructores Oficiales a cargo tenían un poco más de edad, pero jóvenes
todavía. El resto de la tropa de primera línea se encontraba muy reducida pues
los remanentes habían sido desplazados hacia varios puntos de defensa alrededor
de la Ciudad de México; y la mayor parte del ejército de línea ya había sido
destrozado en el norte y oriente del país.
La historia oficial mexicana recuerda en particular a
seis de esos jóvenes que perdieron la vida en el combate. A estos jóvenes
cadetes se les llama Niños Héroes de Chapultepec porque fueron los últimos en
oponer resistencia aun cuando el general ya había ordenado rendirse. Sus
nombres: Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez, Juan Escutia, Juan de la Barrera y Vicente Suárez.
Finalmente el 14 de Septiembre de 1847 , con la
celebración del XXXVII años del grito de Dolores la Bandera de estado Unidos es
izada en la plaza de armas de la ciudad de México, temprano por la mañana, al rendirse el último bastión de la
Ciudadela, el general J A Quitman entró al zócalo al frente de una columna
militar y se formó mirando al Palacio Nacional
“Después de entrar al palacio por unos momentos, ansioso de impresionar a la inmensa multitud de mexicanos que observaban el espectáculo desde balcones, ventanas y azoteas de los edificios, con la importancia que tiene la ceremonia, ordené a la columna que se alineara con los oficiales al frente con el propósito de saludar a la orgullosa bandera de nuestro país tan pronto como fuera desplegada en la asta bandera al centro del palacio, y al mismo tiempo instruí a mi principal edecán, el teniente M Lovell, que colocara la enseña nacional de las barras y las estrellas, y no cualquier insignia de algún regimiento Mientras se disponían a hacer estos arreglos, vi que la bandera del regimiento de los rifleros era llevada por un oficial que entraba por la puerta principal del palacio, y antes de que pudiera evitarlo, esa bandera por un momento fue agitada desde el balcón del segundo piso del edificio”
“Después de entrar al palacio por unos momentos, ansioso de impresionar a la inmensa multitud de mexicanos que observaban el espectáculo desde balcones, ventanas y azoteas de los edificios, con la importancia que tiene la ceremonia, ordené a la columna que se alineara con los oficiales al frente con el propósito de saludar a la orgullosa bandera de nuestro país tan pronto como fuera desplegada en la asta bandera al centro del palacio, y al mismo tiempo instruí a mi principal edecán, el teniente M Lovell, que colocara la enseña nacional de las barras y las estrellas, y no cualquier insignia de algún regimiento Mientras se disponían a hacer estos arreglos, vi que la bandera del regimiento de los rifleros era llevada por un oficial que entraba por la puerta principal del palacio, y antes de que pudiera evitarlo, esa bandera por un momento fue agitada desde el balcón del segundo piso del edificio”
De acuerdo al Diccionario de la Real academia de la
lengua la palabra CELEBRAR significa: “…REALIZAR UN ACTO FESTIVO POR ALGO QUE
SE LO MERECE…”, “…MOSTRAR O SENTIR ALEGRÍA POR ALGO O POR ALGUIEN…”, desde
luego que se tiene que recordar solemnemente a los Héroes que defendieron ese
último obstáculo, claro que debemos conmemorar a los defensores niños Hijos del
Colegio Militar, no hay duda, pero debería ser eso una conmemoración a una
batalla perdida, a la última batalla antes de perder una Guerra plagada de
dudas del patriotismo de sus mandos, deberíamos tal vez, recordarlos con pesar
y con todo el amor a quienes dieron su vida por una causa que ellos creyeron justa
sin saber que eran traicionados por quien debió y no quiso o no supo apoyarlos
con fuerzas acorde a las circunstancias, ahí nos enteramos como Mexicanos lo
que es la corrupción a gran escala y que tanto daño hizo y sigue haciendo a
nuestra querida Patria.
Deberíamos recordarlos como al Hermano que muere y se le
quiere y extraña, o acaso hemos visto cenas baile en Hiroshima (Japón), por la
caída de la bomba que fue el inicio del fin de la segunda gran guerra, ¿se
hacen fiestas para celebrar la derrota de las tropas norteamericanas en
Vietnam?, se conmemoran eso sí, porque ahí se perdieron vidas valientes, pero
nada más.
Que pensara un invitado agregado Militar de Estados
Unidos en nuestro País, cuando tontamente se le invita a la cena de gala en las
instalaciones del Heroico Colegio Militar, a CELEBRAR NUESTRA DERROTA QUE AL
MISMO TIEMPO FUE SU VICTORIA, ¿Qué pensara?.
Celebramos derrotas y seguimos creyendo en Traidores este
parece ser el triste destino de México, algún día levantaremos las cara y tal
vez entonces juzgaremos a los traidores y corruptos y entonces si tendremos
motivos para celebrar VICTORIAS………